domingo, 1 de septiembre de 2013

Comando trinchera

Huele a pólvora mojada, a almas quebradas, a sombras inertes y a luces de metralla. 

¿Cuántas lunas han pasado desde nuestro primer despertar? Sentimiento no cuantificable, determinable ni medible. 

Eres tú la alegoría de mi sentimiento más sincero... la forma de mis sueños, de la magia, del aliento, del hechizo, del latido, del sonido... Solo tú. 

Pizarra oscura, mi pasado. Polvo de tiza, tus manos. Luz en la noche, estrella en el barro, melodía en el eco de mis pasos cansados. 

Me elevo en tus ojos sobre el campo de batalla, donde combaten a muerte mi mente y mi alma. 

Te busco en las trincheras; entre los misiles perdidos, en las balas cruzadas...

No te veo, no te encuentro... Muero. 

¿Cuántas lunas han pasado desde nuestro primer beso? No hay respuesta, no hay pregunta.  

Mueren, víctimas de la metralla, sentimientos, sensaciones y amaneceres. Y te sigo buscando, pero no te encuentro. 

¿Dónde estás, mi amor? ¿Sólo eres sueño? 

No puedo perderte. No puedo vivir sin ti. Te tengo que encontrar. Te encontraré. 

Y, de pronto, te veo. No combates, no matas, no mueres, no disparas. 

Estás aquí, conmigo, a mi lado. Siempre has estado junto a mí, elevada en tu mirada. No hay campo de batalla. Ya no combaten mente y alma. 

A solas, tus ojos y yo. Construyendo nuestros recuerdos.

Amanece. Sonrío. 

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